Dicha tesina se fue construyendo a partir de las observaciones en torno a las prácticas de lectura de los infantes con un rango de edad de 9 a 11 años, pertenecientes a la escuela primaria rural multigrado Emiliano Zapata, del ejido Nuevo Montecristo, ubicada en el municipio de Berriozábal, Chiapas. Se pudo identificar que dentro del aula, la lectura que ellos realizan está enfocada en una forma correcta de leer en voz alta, la entonación, la fluidez, etc., ya que en la escuela se toma en cuenta para su evaluación académica.
Por otra parte los infantes declararon que solo leen en el aula, cuando el docente se los pide para realizar alguna tarea, fuera de este contexto escolar ellos afirmaron que no leían, ya que se cree que la escuela es el único espacio formal en donde se puede llevar a cabo la lectura.
Al estar cerrada la escuela en su totalidad, alrededor de año y ocho meses , a causa de la pandemia por COVID 19, no pudieron tener acceso al rincón de lectura del aula, ya que solo ahí existen libros físicos a los cuales pueden tener acceso, pues su situación económica impide que los padres de familia puedan comprarles libros propios y tenerlos en casa.
Con base a lo observado, y dar paso a una posible solución del problema, primero se consideró la creación de un espacio en donde los infantes pudieran expresar el cómo les gustaría aprender a leer, el espacio en donde les gustaría leer, y de qué temas les gustaría leer o saber más. En un segundo momento se les pidió que expresarán el porqué y el para qué querían leer, y cuáles eran sus planes a futuro, esto se llevó a cabo para tener un panorama general de la concepción que los infantes tenían sobre la lectura.
Los momentos anteriores tuvieron como propósito, que los infantes se sintieran plenos, que no los juzgaran de lo que podían decir o expresar, mismo que sirvió como pauta para poder iniciar el diseño del programa de intervención, tomando en cuenta sus opiniones, y la libre elección de temas en común e intereses. El programa de intervención se llevó a cabo, y ahora está en proceso de evaluación y de los resultados que se generaron.
Por otra parte los infantes declararon que solo leen en el aula, cuando el docente se los pide para realizar alguna tarea, fuera de este contexto escolar ellos afirmaron que no leían, ya que se cree que la escuela es el único espacio formal en donde se puede llevar a cabo la lectura.
Al estar cerrada la escuela en su totalidad, alrededor de año y ocho meses , a causa de la pandemia por COVID 19, no pudieron tener acceso al rincón de lectura del aula, ya que solo ahí existen libros físicos a los cuales pueden tener acceso, pues su situación económica impide que los padres de familia puedan comprarles libros propios y tenerlos en casa.
Con base a lo observado, y dar paso a una posible solución del problema, primero se consideró la creación de un espacio en donde los infantes pudieran expresar el cómo les gustaría aprender a leer, el espacio en donde les gustaría leer, y de qué temas les gustaría leer o saber más. En un segundo momento se les pidió que expresarán el porqué y el para qué querían leer, y cuáles eran sus planes a futuro, esto se llevó a cabo para tener un panorama general de la concepción que los infantes tenían sobre la lectura.
Los momentos anteriores tuvieron como propósito, que los infantes se sintieran plenos, que no los juzgaran de lo que podían decir o expresar, mismo que sirvió como pauta para poder iniciar el diseño del programa de intervención, tomando en cuenta sus opiniones, y la libre elección de temas en común e intereses. El programa de intervención se llevó a cabo, y ahora está en proceso de evaluación y de los resultados que se generaron.
